Oración de arrepentimiento y reconciliación con Dios (perdón)

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Oración de arrepentimiento y reconciliación con Dios (perdón) #3

“Oh, Dios mío y Padre amado,

A causa de mis pecados, mi conciencia no puede encontrar la paz, y en mis noches y días ya no tengo ganas de nada.

Mis transgresiones se han desbordado y sólo yo tengo la culpa de los males que me he hecho a mí mismo y a los demás, por lo que he pecado contra ti y he hecho el mal ante tus ojos, haciéndome indigno como uno de tus hijos.

Lávame Señor con la sangre de tu amado hijo Jesús, y devuelve así a mi vida la felicidad y la salvación.

Revive en mí un corazón puro y renueva mi espíritu para que sea inquebrantable.

Concédeme estar en tu presencia, Señor, porque sin ella no puedo vivir. Y como has dicho que a los que vuelven a ti, no los abandonarás, así te pido humildemente que me aceptes.

De este modo, Padre mío, podré alabar tu santo nombre, y así difundir tu palabra y tus enseñanzas por toda la tierra.

En el nombre del Señor Jesucristo.

Amén”.

Oración de arrepentimiento y reconciliación con Dios (perdón) #4

Oh Dios mío, Padre de bondad y de amor, que en tu misericordia vienes a acoger a todos los que se acercan a ti con un corazón arrepentido. Acepta, Señor, mi humilde y sincera petición de perdón por todas las faltas y pecados que he cometido, tanto contra ti como contra mis hermanos.

Señor Jesús, tú que eres el maestro del amor y de la ternura, que diste tu vida por tantos hombres y mujeres que caminaron por el valle del pecado, guíame por el perdón, y así me haré fuerte de alma, para que pueda pedir firmemente el perdón y la misericordia, y también, aprender a perdonar.

Espíritu Santo que consuela las almas, que es el abogado de los justos y la fuente del amor, inspira en mi corazón gestos de ternura y bondad, que puedan ayudar a los corazones afligidos con la belleza del perdón y las bendiciones de la reconciliación.

Amén”.

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Oración de arrepentimiento y reconciliación con Dios (perdón) #5

“Oh, Dios

Lávame de toda maldad y malas intenciones y purifícame de mis faltas.

Yo, que reconozco humilde y honestamente mis pecados, y que ante ti verbalizo mi culpa.

No he sido una buena persona.

Por eso espero de ti una sentencia y un juicio justos. Que con amor mire en la sinceridad de mi corazón, y así, pueda conocer la sabiduría en lo más profundo de mi alma.

Que escuche tus palabras de amor y alegría, y así, alivies mis faltas y pecados, purificando mi alma.

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro que sepa amar, y que un espíritu dentro de mí se vuelva firme.

Dame la alegría y la salvación, y así podré sostenerme en base a tu espíritu generoso.

Que aprenda de tus enseñanzas, y así, me aleje del camino del mal y vuelva a ti.

Dame una nueva oportunidad Señor, y así, proclamaré tu nombre y tu alabanza por toda la tierra.

Para ti, que lo más valioso es un espíritu verdaderamente arrepentido, te pido que no desprecies mis súplicas de perdón, y que perdones hasta el más grave de mis pecados.

Perdona, Señor, todo lo que he hecho mal, hoy y siempre.

Amén”.

“Oh Dios mío, Padre y Salvador,

Sé que he errado, padre mío, cuando me aparté de tu estrecho camino para andar por la ancha senda que me ofrecían los malvados de la tierra.

Me dejé llevar al pecado por la palabra de personas equivocadas, y con ellas en mi camino, terminé dejándome llevar.

En esos momentos, cuando inocentemente me dejé llevar por esos caminos, me encontré ciego, y me había desviado de tus enseñanzas, sin ser consciente del tamaño de mi error.

Los que pecan sin saber cuánto están pecando, a menudo pueden meterse aún más en un lío, y mi corazón se nubló mucho, perjudicándome a mí mismo, a los demás y especialmente a ti.

Pero, creo mi Padre, que por tu bondad y amor, puedes escucharme y perdonar mis faltas.

Porque creo en tus enseñanzas, y sé que como has dicho, lo que pedimos en la oración, creyendo, lo recibiremos.

Basándome en estas palabras, creo en el perdón del Señor.

Sé que mis pecados serán lavados por tu mano misericordiosa, antes también, la promesa de tu Hijo, Señor Jesucristo.

Por eso, Dios mío, te doy las gracias por permitirme conocer aún más tu palabra, y así, prometo seguir siguiendo tus mandamientos.

Amén”.