Oraciones para curar la culebrilla o el herpes zoster

Oraciones para curar la culebrilla  La salud es el bien más preciado que tenemos, pero a veces sólo nos damos cuenta de su importancia cuando estamos débiles o enfermos. Sólo cuando la enfermedad nos golpea, nos quita la inmunidad y el ánimo, nos damos cuenta de que el dinero no es la moneda más valiosa. 

Una de estas enfermedades muy dolorosa es la culebrilla o herpes zoster.  A continuación vamos a presentar varias oraciones para curar la culebrilla 

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Aspectos generales

Cuando estamos enfermos, comprendemos que los bienes materiales, los títulos y muchos trofeos no sirven de nada si no podemos levantarnos de la cama.

Vivimos en una sociedad preparada para afrontar los males que afectan a nuestro cuerpo y organismo. Cada día, la ciencia descubre vacunas y tratamientos capaces de combatir cualquier virus o bacteria.

Incluso las enfermedades incurables de hoy en día no impiden que un enfermo tenga una buena calidad de vida. Sin embargo, por muy grandes que sean los avances, ningún antídoto es mejor que nuestra fe.

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Oraciones

Oraciones para curar la culebrilla#1

Dios, que ha querido que San Aspatio se dedique por completo a todo
para la salvación de las almas,
dar a nuestros cuerpos el alivio de los sufrimientos y dolores causados por la culebrilla
para que nunca dejemos de hablar bien de Ti
y alabarte por toda la eternidad,
en compañía de San Aspatio, cuya intercesión imploramos.

Te suplicamos (repite tus oraciones) por Nuestro Señor Jesucristo, que así sea.

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Oraciones para curar la culebrilla#2

Mírame aquí, postrado a tus pies, oh Madre del cielo y Nuestra Señora, toca mi corazón para que el pecado sea siempre refrenado y tenga calidad de vida.

Ten piedad de mis miserias espirituales. Y, oh Madre santísima, no olvides también las miserias que afligen mi cuerpo ahora como ésta la culebrilla y llenan de amargura mi vida terrenal.

Dame salud y fuerza para superar todas las dificultades que el mundo me opone. No permitas que mi pobre cabeza sea atormentada por males que perturban mi tranquilidad y mi paz.

Por los méritos y la sabiduría de tu divino Hijo, Jesucristo, y por el amor que le consagras, alcánzame la gracia que ahora te pido aliviarme de esta dolencia.

Ahí tienes mi humilde súplica, oh María, Madre poderosa. Si lo hace, será escuchado.

¡Amén!
intercede por nosotros.

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Oraciones para curar la culebrilla #3

Señor Jesús, Dios de la bondad y de la misericordia, es meditando tu Pasión como comprendo el verdadero sentido del amor. Un amor gratuito, comprometido e ilimitado por la humanidad, un amor llevado hasta sus últimas consecuencias, en la Cruz.

Señor, envuélveme en tu misterio de amor y revélame lo que hay que cambiar, transformar y renovar en mi vida. Fortalece mi voluntad, ilumina mi recta intención. Permíteme refugiarme en Tus Sagradas Llagas, que son las marcas de Tu gran amor por mí.

Haz, Señor, que contemplando la herida de tu mano derecha, desee crecer en el amor-caridad, fundamental para la santidad. Señor, haz que contemplando la herida de tu mano izquierda, desarrolle la dulzura para frenar mis pasiones.

Haz que contemplando la herida de tu pie derecho, desee crecer en la fe y me comprometa a hacer en cada momento lo que tu Padre y mi Padre esperan de mí. Señor, haz que, contemplando la herida de tu pie izquierdo, renueve la esperanza que me anima ante los problemas, las preocupaciones y las tribulaciones de la vida.

Haz que, contemplando tu costado abierto, busque ser humilde, como tu corazón es humilde y manso. Señor, una gota de tu Sangre redentora es suficiente para que me cure. Señor, una gota de Tu Sangre redentora es suficiente para mí, y seré liberado, por Tus Santas Heridas. Amén.

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Oraciones para curar la culebrilla #4

Oh Dios, que diste tu fe salvadora al pueblo de Francia por medio de tu mártir Dionisio, y lo glorificaste antes y después de su martirio con muchos milagros, haz que, por su intercesión, la fe practicada y predicada por él sea la luz de nuestra vida, que nos preserve de toda angustia de conciencia y, si por la fragilidad humana hemos pecado, que volvamos pronto a ti con sincero arrepentimiento.

Te pido que me concedas, por los méritos y la intercesión de este poderoso ayudante, la petición que humildemente te presento, diciendo con devoción: Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Amén.

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